El Euríbor afloja y tu cuota también
Si tienes una hipoteca variable, este puede ser el primer año en mucho tiempo en el que el banco te dé una alegría. No es broma. Después de varios años con el Euríbor disparado y cuotas que parecían subir por arte de magia, en 2025 por fin vemos un respiro.

El Euríbor lleva meses bajando. En abril, por ejemplo, cerró en el 2,143%, cuando hace justo un año estaba en el 3,703%. Y claro, esa bajada no es solo un dato más. Para quienes tienen hipoteca variable, significa menos euros al mes y una buena suma al año.
Para que te hagas una idea rápida: si tienes una hipoteca media —pongamos de unos 145.000 euros a 25 años— y te toca revisión anual ahora, podrías pagar unos 134 euros menos al mes. Al final del año, eso se traduce en más de 1.600 euros de ahorro. Que sí, que no es el Euromillón, pero en los tiempos que corren, no está nada mal.
Este alivio viene impulsado, entre otras cosas, por las decisiones del Banco Central Europeo. Durante 2024 recortó tipos en varias ocasiones, dejándolos en el 2,25%, lo que ha ido tirando del Euríbor hacia abajo. Y ahora tú lo notas en tu recibo mensual, aunque no hayas movido un dedo.
¿Y esto va a durar? Pues depende…
La gran pregunta. ¿Seguirá bajando el Euríbor? ¿O es solo una pausa antes de volver a subir?
Aquí no hay certezas absolutas, pero sí señales. Las previsiones de los analistas apuntan a que podría mantenerse en estos niveles o incluso bajar algo más en lo que queda de año. No mucho, eso sí. Hablan de cifras entre el 1,90% y el 2,20%, que ya es bastante menos que los picos de los últimos años.
Todo depende de cómo evolucione la economía europea, de si el BCE sigue recortando tipos o se lo piensa mejor, y de si la inflación, esa vieja conocida, vuelve a dar guerra o se calma del todo.
Lo que sí parece claro es que el mercado hipotecario se ha reactivado. Mucha gente vuelve a moverse. Hay más compraventas, más solicitudes de hipoteca y también más interés por cambiar de tipo variable a fijo. Porque claro, una cosa es aprovechar ahora la bajada y otra confiarse pensando que esto va a durar para siempre.
Y ahí está el dilema: ¿me quedo como estoy y aprovecho la rebaja mensual o me cambio a tipo fijo para asegurar el futuro? No hay una única respuesta buena. Depende de tu situación, de lo que te queda de hipoteca, de cuánto margen tienes cada mes y de si prefieres estabilidad o seguir apostando a que el Euríbor seguirá tranquilo.
Si estás cerca del final del préstamo, quizá te compense seguir como estás. Pero si te quedan 15 o 20 años por delante… no está de más hacer números y valorar si un tipo fijo bajo podría darte tranquilidad a largo plazo, aunque ahora pagues algo más. Porque lo importante no es solo lo que pagas este mes, sino cuánto puedes prever dentro de cinco o diez años.
Y si estás buscando hipoteca ahora, ojo: aunque los tipos han bajado, los bancos han endurecido algunas condiciones. Más vinculaciones, más comisiones escondidas y mucha letra pequeña. Así que, antes de firmar nada, conviene revisar bien la oferta y comparar entre varias entidades. No te lances con lo primero que veas.
Otra cosa que se está viendo mucho en 2025 es el auge de las subrogaciones. Muchos hipotecados están aprovechando el momento para llevarse su préstamo a otro banco que les ofrezca mejores condiciones. Si tu entidad no se pone las pilas, no tengas miedo en mover ficha. A veces, solo con pedir una oferta vinculante en otro banco, el tuyo se pone nervioso y te mejora lo que tienes.
No es magia, es mercado.
Y por último, un consejo rápido: revisa bien cuándo te toca revisión. Si tu hipoteca es anual y aún quedan meses para que se actualice, no te adelantes. Pero si te toca ahora o pronto, infórmate de cuánto podrías ahorrar y valora si es el momento de renegociar o cambiar de estrategia. No dejes que el banco juegue con ventaja.