Ante la negativa general de la clase política, muy influenciada, claro está, por los poderes fácticos financieros de este país, a debatir en serio sobre la dación en pago y su implementación en el ordenamiento jurídico hipotecario, con lo que se resolverían los problemas de los embargos hipotecarios, nuevas medidas han tenido que salir a la palestra como alternativas plausibles a la figura de la entrega de la vivienda para saldar la deuda.
Y de estas alternativas la que más fuerza está cobrando en los últimos días es la del alquiler a los hipotecados desahuciados.
¿Cómo funcionaría este alquiler?
Una vez ejecutada la hipoteca por impago de los titulares, éstos se quedarían a vivir en el mismo inmueble, a cambio de un alquiler que pagarían al propietario, en este caso, al banco o caja que les concedió la hipoteca, y posteriormente la ejecutó.
En el contrato de alquiler se estipularía la obligación del inquilino de comprar la vivienda en cuanto su situación financiera se lo permitiría, obteniendo, para ello, una nueva hipoteca de la misma entidad financiera.
La verdad es que esta medida tiene bastante interés, ya que permitiría que los hipotecados que no pueden pagar su hipoteca mantuvieran su vivienda, aunque fuera a cambio de un alquiler, generalmente por debajo de la cuota hipotecaria. Y, por otro lado, daría salida a los pisos de las entidades financieras que siguen lastrando sus balances de resultados.
Evidentemente, todavía habría que darle una vuelta de tuerca a la propuesta, principalmente determinar con exactitud como se fijaría el precio del inmueble, y en qué condiciones debería estar el inquilino para estar obligado a comprar la vivienda, pero, en general, es un punto de partida.
