El crédito vuelve a moverse: ¿se acaba la sequía?
Ya se nota. Después de meses complicados, los datos vuelven a pintar en verde. Las hipotecas para vivienda en España han subido un 15 % en el primer trimestre de 2025, y eso no es casualidad. La financiación, que llevaba tiempo atascada por los tipos de interés altos y la incertidumbre, vuelve a fluir. ¿Estamos ante un cambio de ciclo? Todo apunta a que sí.

Solo en marzo se firmaron 42.831 hipotecas sobre viviendas, un 44,5 % más que en el mismo mes del año anterior. Y lo más importante: es el mejor dato en cinco meses y el noveno mes seguido con subidas. O sea, no es una flor de un día, sino una tendencia que empieza a consolidarse.
¿La clave? El contexto ha cambiado. El euríbor, que durante 2023 no daba tregua, ha bajado con fuerza y se ha colocado en abril en el 2,14 %, su mayor caída interanual en más de 15 años. Y eso, claro, se nota directamente en las cuotas mensuales. Hay familias que, solo por esa revisión, van a pagar unos 133 euros menos al mes. Es decir, más de 1.500 euros al año. No está nada mal.
Tipos más bajos, bancos más activos y familias que vuelven a moverse
La media de tipos de interés también da buenas noticias: en marzo se quedó en el 2,97 %, encadenando dos meses por debajo del 3 %. Esto no se veía desde antes de que empezaran las subidas agresivas del Banco Central Europeo. Y sí, eso está animando al personal. Muchos vuelven a lanzarse a comprar con hipoteca, y los bancos, que también necesitan mover ficha, están afinando ofertas.
De hecho, la mayoría de hipotecas nuevas siguen siendo a tipo fijo: un 66,8 %. Tiene sentido, porque con la memoria reciente de los vaivenes del euríbor, mucha gente prefiere asegurar lo que va a pagar, aunque el interés esté algo por encima del variable.
A todo esto, hay que sumarle un impulso adicional: los avales del ICO para primera vivienda. Este programa permite cubrir hasta el 20 % del préstamo (o el 25 % si la vivienda es eficiente energéticamente). Y no son pocos los jóvenes que han conseguido firmar gracias a esto. Con menos ahorro inicial, ahora tienen más fácil dar el paso.
El nuevo escenario: más operaciones, pero también más riesgos
Este repunte tiene varias lecturas. Por un lado, refleja que el mercado empieza a recuperar confianza. Hay más movimiento, más actividad, y eso siempre es buena señal. Pero no todo es tan redondo.
Uno de los efectos secundarios es el aumento de las hipotecas de riesgo, es decir, las que financian más del 80 % del valor de tasación del inmueble. En los últimos datos del Banco de España, casi el 9 % de las nuevas operaciones estaban en ese grupo. Es el nivel más alto desde 2022. ¿Qué significa esto? Pues que los bancos están empezando a ser más flexibles, abriendo la mano para atraer clientes. Y eso puede ser peligroso si la situación económica vuelve a torcerse.
También hay algo que empieza a preocupar: la disminución de la oferta de vivienda en muchas zonas. En Galicia, por ejemplo, la provincia de A Coruña ha visto caer la oferta un 39 % en solo un año. Si sube la demanda y baja la oferta, ya sabes lo que pasa: los precios se disparan. Así que conviene no perder de vista esa parte.