Irlanda apuesta por la dación en pago

Irlanda, como primer país de la zona Euro rescatado, sigue marcando el camino para el resto en muchos sentidos, al igual que fue la referencia del milagro económico cuando todo parecía ir bien y vivíamos en plena burbuja inmobiliaria y económica, ahora lo hace en el sentido de la búsqueda de la liberación de las esposas opresoras de la crisis financiera.

Las entidades financieras irlandesas están sufriendo duramente las consecuencias del pinchazo de la burbuja, tanto o más que las españolas y en el mismo nivel que el resto de los países de la zona euro que siguen atemorizados ante la que se les viene encima con la crisis de deuda soberana acechando a los mercados y poniendo en jaque la estabilidad financiera.

Por ello, y aunque el ordenamiento jurídico del país irlandés no contempla como opción la dación en pago, lo cierto es que las entidades financieras del país británico están apostando por esta fórmula para dar por finalizadas sus relaciones con los clientes sin capacidad real de pago. Con ello están poniendo en cierto peligro sus balances, pero a cambio están apostando por un modelo más sostenible de cara al futuro, con clientes más duraderos y con operaciones financieras que poder realizar.

No podemos olvidar que la dación en pago es la esencia del debate hipotecario y que en estas próximas elecciones del 20 de noviembre van a centrar el debate electoral, porque la posición de cada uno de los candidatos a la presidencia del gobierno determinará el tipo de gestión hipotecaria que quiere realizar de cara al futuro.

Por un lado, tenemos a los seguidores del movimiento 15M y de todos los movimientos sociales, que apuestan por la aplicación universal de la dación en pago, de forma que con la entrega de la vivienda que sirvió como garantía se pudiera cancelar la deuda que el cliente mantiene con la entidad, sin soportar deudas posteriores una vez que el cliente se ha quedado ya sin vivienda en la que residir.

Y, por otro lado, nos encontramos con las entidades financieras y algunos analistas económicos que ponen en valor las dudas que les genera la aplicación universal de la dación en pago, por el encarecimiento general que provocaría en el tipo de interés a aplicar en los préstamos hipotecarios, así como en ciertas condiciones del préstamo que tenderían a encarecerse y hacerse más restrictivas.

Esas condiciones no son entendidas en muchas ocasiones por aquellas personas que apuestan por la dación en pago y que la reclaman sin pensar realmente en que el hecho de que las entidades financieras no la apliquen permiten que los ciudadanos puedan aprovecharse de hipotecas más baratas.

Unas hipotecas más baratas que compensaban, claramente, la ausencia de la dación en pago en los contratos hipotecarios durante los años de bonanza económica, pero que ahora que vienen maldadas y gran parte de los ciudadanos tienen problemas para llegar a fin de mes se plantean como una dificultad añadida, y no sirven para compensar el hecho de mantener una deuda futura a pesar de haber perdido la vivienda.

Se trata, por tanto, de un debate sobre el estilo de sociedad que queremos tener en el futuro, sobre la legislación hipotecaria por la que queremos apostar de manera definitiva y que nos ayudará a gestionar nuestra política hipotecaria en los próximos 20 años.

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